domingo, 25 de diciembre de 2011

Lalo se entrevista con Enrique


Ese día Lalo había sido contratado como empacador de pelucas en la KoShón luego de una larga entrevista con el supervisor en su oficina. Lalo salió sudando del nervio y sobre todo de lo que se había imaginado con el bello hombre llamado Enrique.

Y usted señor, ¿Cuál ha sido su experiencia en el mundo de las pelucas? - Le pregunto inmediatamente el supervisor.
Bueno, desde niño me gustaron porque yo tenía una tía que usaba y siempre le ayudaba a peinarlas. Las dejaba divinas yo.
Ajá? y qué más?
También, he sido ayudante de varios amigos en eventos...
Ajá? Y sólo esa experiencia tiene?
Pues tengo experiencias en otras cosas...que le pueden ser útil...


De pronto Lalo ya sentía todo el cuerpo de Enrique venir hacia él. Con sus 26 años, el supervisor tenía todo bien pues. Ojos cafés, pelo castaño, cejas largas y delgadas, nariz definida, sonrisa aterradoramente sensual, cuello largo que da mucho que pensar, brazo con bellos. A esto, agregarle una camisa atractivamente desabotonada, para dejar volar la imaginación con el pecho semidescubierto que dejaba ver sus bellos. Además, una ajustado pantalón caqui que hacían honor a sus piernas definidas por el ejercicio y que resaltaban sus apetecibles pompis. Ese era Enrique, el supervisor que hizo sudar a Lalo cuando de pronto se levanto de su silla al otro lado del escritorio, camino alrededor y se postro justo a la altura del hombro de Lalo sentado mientras la faja y el zíper eran la tentación.

Por un momento, Lalo vio el éxtasis venir pero de pronto volvió a la realidad cuando Enrique le decía que estaba contratado que buscará a Raúl para que le indicará donde iba ser su puesto de trabajo. Lalo se levanto aún extasiado de todo lo que imagino podría hacer con Enrique y salió en búsqueda de Raúl, mientras ya había pasado la primera hora de Lalo en la KoShón.

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